Capítulo III
La Estructura de la Armada: Cómo Estamos Organizados, Administrados y Regidos
 
El Presidente de la Republica
 
El Presidente es nuestro Mando Supremo, quien representa la autoridad máxima, pues está por encima de las Fuerzas Armadas de la Nación. El Gabinete de Seguridad Nacional es su asesor principal en todos los asuntos relacionados con esta materia.
 
Tenemos una cadena de mando
 
La cadena de mando es una estructura de comunicación que hace posible que las órdenes y la información se transmitan de un nivel a otro. Su propósito es dotar a cada Comandante y a su personal con un claro sentido de dirección para que todos los integrantes del equipo conozcan sus funciones y responsabilidades, asimismo, da oportunidad y facilita los medios a los Oficiales de los grados más altos para que reciban los puntos de vista, sugerencias e inquietudes de todos sus elementos .

Los mandos tienen la responsabilidad del compromiso del proyecto de la Armada que la Nación requiere y el compromiso como líderes de hacer que sus mandos subordinados entiendan, comprendan y difundan hasta el último elemento de nuestra organización, qué es lo que queremos y hacia dónde vamos. Seamos proactivos, seamos capaces de hacer que las cosas sucedan y no esperar a que sucedan.

No podemos ser paternalistas. Tenemos que ser profesionales, saber delegar funciones. No debemos ser centralistas. Debemos tener confianza en nuestro personal para poderlo comprometer a que responda en el nivel que les compete. Es también esto una medida de motivación ya que el personal que sabe lo que es y al mismo tiempo se siente útil, también es capaz de responder con profesionalismo en situaciones difíciles.

 
Nuestra organización se basa en dos cadenas de mando: operativa y administrativa
 
La cadena de mando operativa

Dado que la Armada enfoca su estrategia en dos grandes vertientes, de esa misma manera se establece su cadena de mando operativa:

Defensa Marítima del territorio.- El Alto Mando, asesorado por el Estado Mayor General de la Armada, es quien gira instrucciones a los Comandantes de las Fuerzas Navales, con sus respectivas fuerzas de superficie, de reacción anfibia, especiales y unidades aeronavales, para concebir, planear y ejecutar las operaciones ofensivas y defensivas que permitan salvaguardar los intereses marítimos nacionales.

Ejercicio de las Funciones del Estado en la Mar.- El Alto Mando, asesorado por el Estado Mayor General de la Armada, gira instrucciones a los Mandos de Regiones, Zonas, Sectores y Subsectores Navales para que mediante la concepción de operaciones, su planeación, conducción y apoyo logístico, lleven a cabo el Ejercicio de las Funciones del Estado para el mantenimiento del estado de derecho en la mar.

 
La cadena de mando para funciones administrativas
 
La compone la Subsecretaría de Marina y la Oficialía Mayor, apoyadas por las Direcciones Generales que las conforman, cuya función principal es administrar y brindar el apoyo logístico a los Mandos Navales de unidades y establecimientos.

La comunicación y el flujo de información entre las cadenas de mando siempre es positiva, fluye en todos los sentidos, carece de obstáculos y garantiza que las áreas administrativas canalicen sus recursos para emplear con eficiencia y oportunidad nuestros medios operativos.

La Institución requiere de políticas de orden administrativo y financiero claramente formuladas por cada una de las Direcciones Generales. Los Directores Generales son los administradores de la Armada y son responsables, en conjunto con la Coordinadora Logística del Estado Mayor General, de asegurar el mejor uso de los recursos de la Institución, tomando, en reuniones de alta dirección, decisiones comprometidas para que los destinos que se den a dichos recursos sean siempre, de acuerdo a la situación y oportunidades que se presenten, los mas convenientes para el cumplimiento de las funciones de la Armada.

Con ello queremos decir que es responsabilidad de los Directores Generales y de la Coordinadora Logística, la mejor utilización de los recursos financieros para obtener los éxitos de la Armada. Los resultados de estas decisiones permitirán proveer, en tiempo y forma, los medios materiales y humanos necesarios para que las unidades operativas se encuentren listas en todo momento permitiéndoles cumplir con las misiones que el Mando les asigne. Independientemente de lo anterior y respetando la Cadena de Mando y de decisión, la Subsecretaría de Marina, la Oficialía Mayor y el Estado Mayor General de la Armada, son los entes que concretarán las decisiones tomadas en este plano.

 
La Armada está constituida por elementos en activo y de la reserva
 
Además de nuestro personal de servicio activo, el personal militar también incluye a las reservas, sobre los cuales se tiene control para movilizarlas cuando la necesidades del servicio lo demanden.
 
La responsabilidad es crucial para nuestro éxito
 
Aceptamos las consecuencias de nuestras acciones. En los puestos de liderazgo, nos responsabilizamos de las acciones de nuestros subordinados. En nuestra calidad de marinos militares altamente profesionales, seguimos órdenes de los Oficiales de altos grados en la cadena de mando. Estamos convencidos de que somos miembros de la Armada las 24 horas del día y responsables de nuestro proceder profesional y personal, ya sea dentro o fuera del servicio.

Una de las políticas primordiales de la Armada es asignar responsabilidades y delegar la autoridad suficiente, lo que alienta la iniciativa individual y desarrolla en los subordinados las capacidades necesarias para asumir en el futuro inmediato mayores responsabilidades.

 
El liderazgo es la esencia de nuestra profesión
 
El liderazgo es la capacidad para inspirar a la gente, para hacerla sentir que puede hacer el trabajo sin importar qué tan duro sea; da dirección, establece prioridades y promueve estándares. Debemos esforzarnos por brindar a nuestro personal las herramientas e instrucción que necesitan para hacer bien su trabajo. Mediante el liderazgo efectivo, guiamos y asistimos a los subordinados para que alcancen sus metas individuales y de equipo. También, debemos instruir a nuestros subordinados para que se conviertan en buenos líderes y la mejor manera de lograrlo es predicar con el ejemplo. Debemos tener en todo momento la mente abierta para aceptar el cambio y solicitar la retroalimentación activa y honesta. Los buenos líderes saben que su propio éxito se mide en términos del éxito y el crecimiento personal y profesional de sus subordinados.
 
El personal naval tiene el derecho de comunicarse directamente con sus Oficiales al Mando

La cadena de mando de cada elemento conduce al Oficial al Mando. Aun cuando la mayoría de los asuntos serán resueltos a través de dicha cadena, todo individuo tiene derecho a hablar con el Oficial al Mando, sin que nadie pueda privarlo de ello y sin temor a la respuesta.

Los Comandantes son responsables de cerciorarse de que todos conozcan dicha prerrogativa y de poner en marcha los procedimientos que la hagan posible. De suma importancia es que la cadena de mando responda a las sugerencias y solucione los problemas. La retroalimentación debe ser parte del proceso. Todo individuo merece saber qué medidas se han tomado respecto a su solicitud o propuesta.

La motivación es el elemento fundamental en la generación de la energía necesaria para que la Armada se consolide como una organización eficiente, productiva y competitiva. Al personal naval hay que darle razones e incentivos para influir en su comportamiento y actitud, de tal manera que se comparta el entusiasmo por lo que se está haciendo (todas las actividades deben estar enfocadas no sólo al “qué” sino al “para qué”, es decir, orientadas al propósito) y que los dote de un sentido interno de recompensa por el hecho de estar realizando un trabajo que tiene gran significado para la Nación. El liderazgo que requiere esta tarea no es el impuesto por el organigrama, hay que ganarlo y merecerlo a través de un compromiso ético, humano y profesional.

 
Estamos consagrados al Liderazgo de Calidad Total (LCT)

Hemos adoptado el LCT como la forma para lograr adelantos continuos en la calidad y cantidad de los resultados obtenidos en el ejercicio de nuestras funciones. La definición de liderazgo de calidad es la aplicación de métodos cuantitativos para evaluar y mejorar los procesos y procedimientos empleados para obtener dichos resultados.

El LCT es un enfoque que recorre desde los niveles superiores hasta los inferiores, cuyo punto de concentración es administrar el trabajo y dirigir al personal hacia la calidad.

La misión del liderazgo en el área logística y administrativa es garantizar que las armas, las municiones, la instrucción, el transporte, la atención médica, el alojamiento y los demás bienes y servicios proporcionados al personal operativo, sean de calidad, en una cantidad suficiente y estén disponibles en el lugar y momento adecuado.

Hemos aprendido de la experiencia que en la medida que mejora la calidad, mejora la disponibilidad, aumenta la eficacia en el cumplimiento de la misión y se reducen los costos.

 
El criterio, la confianza y la comunicación efectiva son en extremo importantes
 
Equilibramos la necesidad de cumplir nuestra misión de manera satisfactoria con la responsabilidad que tenemos de cuidar a nuestra gente. La confianza existe donde hay convicción de la capacidad, integridad y solidaridad de los compañeros de la Armada. Debemos tener voluntad para hacer sugerencias honestas y secundar las buenas ideas. Reconocemos la perspicacia de nuestros elementos para identificar en que se está fallando y realizar propuestas de cómo se puede mejorar, sin importar qué tan grande o pequeño sea el cambio.
 
Las recompensas se ganan
 
Las recompensas consideradas en la ley para ser otorgadas al personal naval, se conceden a aquéllos que se han hecho acreedores a ellas por su buen desempeño. De esa forma, se promueve y refuerza de manera positiva la excelencia en el servicio y el crecimiento profesional.

Estamos comprometidos a administrar eficientemente nuestros recursos

La administración de nuestra amplia gama de recursos requiere que se establezcan metas, prioridades y una toma de decisiones innovadora. Hacemos énfasis en la mejora continua de todos los niveles de responsabilidad.

Personal naval. Identificamos cuánto y qué clase de personal se necesita para operar la Armada. Nuestras necesidades de fuerza laboral se revisan y actualizan con regularidad. Reconocemos la individualidad de todo nuestro personal y trabajamos para emplearlo en las áreas que convengan a sus aptitudes. Asimismo, admitimos que algunos individuos no se adaptarán y pueden representar un detrimento para sus unidades y establecimientos; el dinero y tiempo invertidos en su instrucción no son una justificación para no reasignar de puesto a elementos con un bajo desempeño. También tratamos que exista en el personal un balance justo entre sus comisiones en las unidades operativas y administrativas, a fin de mantener la capacitación, disponibilidad, desarrollo profesional y una calidad de vida aceptable.

Tiempo. Debemos fijar tiempos realistas para lo que necesitamos lograr. Comunicamos las metas y usamos la cadena de mando para alcanzar nuestros objetivos. Alentamos tanto el pensamiento independiente como el trabajo en equipo para garantizar que a los expertos de los niveles más subordinados se les dé la oportunidad de aplicar los procedimientos más eficientes para tener los resultados deseados a tiempo.

Tecnología. Conservamos y ampliamos la tecnología de nuestras unidades operativas con un programa continuo de investigación y desarrollo. Nos valemos de la investigación para desarrollar programas que den solución a problemas específicos o aumenten nuestras capacidades. Evaluamos a conciencia nuestros sistemas para asegurarnos que tendrán la capacidad de asimilar desarrollos tecnológicos futuros.

Adquisición. Hemos de desarrollar y dar preferencia a la adquisición de nuevos recursos, con base en las necesidades operativas y la calidad de vida de nuestro personal. Los programas de compras están diseñados para tal fin.

Equipo. Cuidamos de nuestro equipo en todos los niveles. Nos instruimos de manera continua para garantizar que nuestro equipo se mantenga en buen estado y siempre esté listo para ser utilizado, llevando a cabo los programas de mantenimiento necesarios.

 
Hacemos hincapié en la trascendencia de los procedimientos
 
Establecemos procedimientos para garantizar que el trabajo, ya sea administrativo, operativo o de mantenimiento, se realice como debe ser en todo momento. Los procedimientos aprobados aseguran que en todos los niveles se ha entendido el proceso y nos garantizan que las tareas se llevarán a cabo de la manera correcta; son la primera garantía de seguridad. El uso de los procedimientos adecuados promueve la buena comunicación en todos los niveles y ayuda a desarrollar habilidades tanto individuales como de equipo. En lugar de inhibir la innovación, los procedimientos estándares pueden representar el medio de identificación de los sitios que requieren renovarse.
 
Llevamos a cabo inspecciones que nos ayudan a administrar nuestros recursos

La inspección es una revisión periódica que sirve para confirmar que se están estableciendo y siguiendo los estándares necesarios. Su propósito es garantizar que toda unidad, establecimiento, sistema, equipo e individuo, tengan un rendimiento uniforme. Los inspectores deben observar las áreas en el momento adecuado y en la forma precisa, así como apegarse a los procedimientos establecidos para proponer mejoras reales y dar seguimiento adecuado al desempeño.

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