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PODER JUDICIAL MILITAR |
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Dentro de su vida, formando parte del poder judicial militar, Ortíz Monasterio vive una situación que pone a prueba su lealtad para con el Estado Mexicano; esta etapa de suma importancia en la vida nacional, es la relacionada con la decena trágica que tuvo como consecuencia el magnicidio del Presidente Francisco I. Madero y de su Vicepresidente José María Pino Suárez. Ortiz Monasterio había permanecido retirado del servicio durante diez años cuando fue llamado por el Presidente Francisco I. Madero quien lo nombra Magistrado Propietario del Supremo Tribunal Militar y más tarde Vicepresidente del mismo. Cuando iniciaba el año de 1913 se organizo una nueva conspiración contra el gobierno de Madero. Sus representantes más prominentes eran el General porfirista Manuel Mondragón, junto con Félix Díaz y Bernardo Reyes, quienes desde la cárcel tomaron parte en los preparativos. Los conspiradores habían establecido contacto con muchos oficiales del Ejército y al parecer, el Embajador norteamericano Mr. Henry Lane Wilson – quién no disimulaba su odio a Madero-, estaba también al tanto de estos planes. Originalmente, los conspiradores planearon levantarse en armas el 11 de febrero. Pero, dado que el gobierno fue puesto al tanto de su plan, decidieron entrar en acción el 9 de febrero. El grueso de los rebeldes, reclutados en diversos sectores de la guarnición de la capital, sacaron de inmediato de la cárcel a Félix Díaz y a Bernardo Reyes. Mientras otros, se apoderaban del Palacio Nacional, tomando prisioneros al hermano del presidente, Gustavo Madero y al Ministro de Guerra, Peña. El General Lauro Villar, Comandante Militar de la Plaza, junto con el Contralmirante Ortiz Monasterio, se mantuvieron leales a Madero defendiendo las instalaciones del Palacio Nacional: Certificación de Servicios
“Lauro Villar, General de División en situación de disponibilidad, certifica que el Contralmirante de la Armada Nacional Ángel Ortiz Monasterio, concurrió a la defensa del Palacio Nacional, de la que en mi carácter de comandante militar de la plaza, tuve el mando; habiendo desempeñado con todo valor, carácter y sin vacilación las diversas comisiones que le fueron encomendadas; por todo lo que y para los usos que convengan al interesado expide el presente, en la ciudad de México a los 9 días del mes de septiembre de 1913. El General de División Lauro Villar. Madero podía agrupar en torno suyo a las fuerzas revolucionarias que aún estaban sobre las armas y proclamar el cumplimiento de las exigencias revolucionarias, con ello, habría recobrado por lo menos una parte de su popularidad. O bien, podía seguir apoyándose en el viejo ejército y burocracia porfirista, poniendo de esta forma, su suerte en las manos de éstas. Madero escogió el segundo camino. El comandante de las tropas gubernamentales, General Lauro Villar, fue gravemente herido, y Madero nombró para sucederle a Victoriano Huerta, quien fue General de Díaz. Fue una decisión que pagó con la propia vida. Madero la tomó a pesar de tener abundantes motivos para desconfiar de Huerta. Este tenía una trayectoria de implacable oposición a los revolucionarios y de intrigas con los enemigos de Madero y más aún con aquéllos que eran leales a la gestión del presidente; tal y cómo fue el caso del Contralmirante Ángel Ortiz Monasterio a quién Victoriano Huerta inmediatamente le dio la siguiente orden. El juego de confundir al gobierno había comenzado: Comandancia Militar de México. 9 de febrero 1913. “Dispone esta comandancia que tome el mando de las fuerzas que operan en la plaza principal, al contralmirante Ángel Ortiz Monasterio. Libertad y Constitución”. México 9 de febrero de 1913. El General Comandante Militar Victoriano Huerta. Desde el principio Félix Díaz y los demás conspiradores intentaron atraerse a Huerta. Tan grandes esperanzas tenían de que se decidiera, que en dos ocasiones, el 1 y el 17 de enero de 1913, habían aplazado el golpe porque Huerta se mostraba renuente. No era, sin embargo, su lealtad a Madero lo que impedía a Huerta decidirse, sino el hecho, de que no le habían ofrecido hasta entonces incentivos suficientes. Los diez días que mediarían entre el levantamiento y el final de “la guerra falsa” se conocen en la historia mexicana como “la decena trágica”. La expresión “guerra falsa” sólo es acertada en lo que se refiere al hecho de que Huerta no estaba combatiendo con el objeto de derrotar al movimiento de Félix Díaz. Al Pacto de la Embajada siguió la tortura y asesinato de Gustavo A. Madero, hermano del presidente. Después se presentaron las renuncias del presidente y vicepresidente ante un Congreso que se reunió en sesión extraordinaria. Este nombró presidente a Pedro Lascuráin, ministro de Relaciones Exteriores con Madero, quien a su vez renunció y nombró presidente a Victoriano Huerta. Secretaría de Estado y del Despacho de Guerra y Marina. El General Brigadier Comandante Militar de esta Plaza en oficio de esta fecha me dice lo siguiente: “hónrame en comunicar a usted que el Cuartel General dispone que se sirva usted retirarse a su domicilio donde permanecerá bajo su palabra de honor para presentarse tan luego como se ordene y disponer igualmente que los señores Generales Manuel M. Plata, Emiliano Lojero, Rodrigo Valdés, Contralmirante Ángel Ortiz Monasterio y los Jefes de los Departamentos de la Secretaría de Guerra y Marina queden en las mismas condiciones que usted. Igualmente ruego a usted se sirva determinar que todo el personal de empleados de la misma Secretaría se retire también a sus domicilios, dispuesto a acudir al tener llamadas. Lo que insertó a Usted para su conocimiento.
Libertad y Constitución,
México, El puesto que ocupaba el contralmirante Ángel Ortiz Monasterio como Vicepresidente del Supremo Tribunal Militar lo perdió por haberse negado a sobreseer el proceso instruido con motivo del asesinato del presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez. Fue leal al presidente en la decena trágica, teniendo el mando de las fuerzas que guarnecían la plaza de armas y permaneciendo en la Secretaría a las órdenes del Secretario de Guerra y Marina. Victoriano Huerta lo trató como enemigo y lo hizo aprehender el día de la traición. Más tarde, le impidió recibir credencial como senador por el Distrito Federal, no obstante, haber sido públicamente reconocido su triunfo en las elecciones.
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